Diccionario de la A a la Z

Pollo:

El consumo de pollo es muy alto y además es permanente a lo largo de todo el año.

Compra del pollo:

Lo primero es acudir a una tienda donde se sabe que venden mucho, ya que eso garantiza la permanente movilidad de la mercancía. Si vas a una tienda especializada en aves mucho mejor.

Su aspecto exterior deberá ser impecable: piel tersa, muslos muy llenos, el color podrá oscilar entre blanquecino y amarillento, pero en ningún caso tendrá un color desvaído, no tendrá golpes, ni zonas marrones visibles, ni desgarros en su piel. No deberá despedir ningún tipo de olor, ya que el pollo es de las carnes que se descomponen con mayor facilidad.

Si pides que te lo corten en trozos comprueba que la carne tenga un buen color y que la piel no se despega con facilidad.

 

Un pollo entero sale muy más económico que si compras las piezas por separado: así que puedes adquirirlo entero y pedir que te separen, por ejemplo, la parte de la pechuga entera, y los muslos y contramuslos aparte. 

La piel del pollo es la que contiene más grasa, pero su carne es muy recomendable para todos.

 

Puedes encontrar: pollo de corral (muy amarillo por el tipo de alimentación que ha tenido); picantón o polllito tomatero, pequeñito y muy tierno y que tiene 70 días de crianza y el coquelet, pollito de 35 días de crianza. 

 

 

Propiedades nutritivas: Aporta entre 85 y 112 calorías por cada 100 g. 

Conservación del pollo:

Para mantener en perfectas condiciones el pollo, nada más llegar a casa lávalo bien por dentro y por fuera, elimina las plumillas que tengan y sécalo bien. Lo puedes mantener 24 horas en el frigorífico envuelto en papel film transparente y sino lo vas a cocinar en ese tiempo, congélalo inmediatamente.

 

Recetas con pollo