Diccionario de la A a la Z

Sopa de ajo o sopa castellana:

Con el pan se elaboraban –y se siguen haciendo– sopas de ajo, sopas castellanas, migas pastoriles, torrijas de leche o de vino... Las sopas de ajo se llaman así familiarmente, porque el ajo es, junto con el pan, además del aceite y pimentón, el ingrediente que aporta todo su sabor a esta humilde pero rica sopa.

En la Tierra del Pan se escuchaba hasta hace poco a los más ancianos este jugoso elogio a las sopas de ajo:

 

Unas buenas sopas de ajo

con manteca, bien migadas,

caldosas y reposadas

de la lumbre en el borrajo

son al final del trabajo

un manjar apetitoso,

leve, barato, oloroso,

y en la anchurosa cazuela

de barro de Pereruela

tienen sabor delicioso..

 

Curiosamente, cuando esta sopa se sirve en restaurantes se le da el sobrenombre de sopa castellana, que afianza aún más su origen. También suele suceder que los cocineros profesionales la adornan con añadidos de jamón, chorizo y el suave huevo escalfado. Las migas castellanas, además de ser de origen pastoril, también se hacían en las casas, como se hacían –y se siguen haciendo– las torrijas empapadas en leche o las más contundentes empapadas en vino. Como en casi toda España, son típicas de Semana Santa. 

 

Texto extraido del libro de la Ruta de la Plata de María Zarzalejos.