- Corta las rodajitas de pan por la mitad y cada mitad en tres trocitos. Si eliges pan de molde corta cada rebanada en tres trozos y cada trozo en cuatro trocitos.
- Vierte en una sartén de tamaño medio 250 ml. de aceite y calienta a fuego medio-alto.
- Agrega un tercio de los daditos de pan y muevélos constantemente con una espumadera para que se doren de manera uniforme y no se quemen. En cuanto estén dorados sácalos a un plato cubierto con papel absorbente de cocina.
- Fríe el resto de daditos de pan en dos veces.
- Sírvelos en una fuente pequeñita.
Son ideales para acompañar purés de legumbres y de verduras.