- Limpia los níscalos , lávalos con agua fría rápidamente y córtalos en trocitos pequeños.
- En una sartén amplia, vierte dos cucharadas de aceite y el diente de ajo prensado.
- Pon la sartén a fuego suave y agrega los níscalos picaditos. Saltéalos hasta que veas que van perdiendo agua y se van reduciendo. Sazona con sal.
- Cuando veas que los níscalos ya han perdido todo el agua pásalos a una fuente sacándolos con una espumadera para que suelten la grasa sobrante.
- En esa misma sartén, vierte el aceite, agrega la mantequilla y calienta a fuego suave.
- Cuando la mantequilla esté deshecha agrega la harina y mezcla bien hasta hacer una papilla.
- Vierte la leche templada poco a poco y sin dejar de remover hasta terminarla. Sazona con sal , pimienta negra y nuez moscada.
- Sube el fuego y remueve constantemente hasta que haya espesado.
- A los diez minutos baja el fuego casi al mínimo y mantén la cocción sin dejar de remover.
- A los cinco minutos de estar cociendo a fuego mínimo agrega los níscalos y mezcla bien.
- Mantén la cocción cinco minutos más. En total habrá cocido veinte minutos.
- Pasa la masa a una fuente de paredes altas y deja que la masa se enfríe del todo.
- Forma las croquetas, pásalas por huevo batido y pan rallado.
- Fríelas en abundante aceite caliente.
Si te gustan un poco picantes, agrega a los níscalos una cayena seca pequeña cuando los saltees.