La cocina de la olla a presión (2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2008, 2011)

El sonido de la olla a presión procedente de la cocina de mi casa en Bilbao forma parte de mis recuerdos culinarios, amén de otra larga lista de olores que me alertaban de que algo que me gustaba mucho se estaba preparando o por el contrario otras que en aquel entonces no me gustaban nada, por ejemplo las legumbres y las verduras ¡me horrorizaban!.

 

La primera olla a presión la compraron cuando nací yo; ya éramos tres hermanos.  Era de las que tenían tres arandelas gruesas sujetas por una especie de barrita que se colocaba en el pitorro cuando salía el vapor , se bajaba el fuego y aquellas tres rueditas empezaban a girar y girar y nunca saltaban.  Yo no sé cómo no estalló nunca, porque  Aurora, que estuvo en casa más de veinte años y aún ahora nos visita y que por cierto aprendió a cocinar de maravilla bajo la batuta de mi madre, la enfriaba poniéndola al chorro del agua fría sin miramientos. Ningún miedo ni respeto a la olla. Nunca pasó nada. Los milagros existen. 

 

Uno de ellos es la existencia de la olla a presión.  Son todo  ventajas y bien utilizada los resultados de lo que se cocina con ella son excelentes.  Precisa del mismo cariño que si se cocina en una cazuela, pero ahorra tiempo y dinero, ya que los tiempos de cocción son mucho menores, así como otras muchas ventajas desde el punto de vista nutritivo. Se puede comer bien y sano y no emplear excesivo tiempo en preparar varios platos. Me siento muy agradecida por las alabanzas que ha recibido pues como en todos los libros que escribo, trato de explicar detalladamente todo lo necesario para obtener el éxito deseado. Los tiempos que indicio son para la olla exprés normal y la ultrarrápida. En sus páginas  el recetario familiar es una aportación fundamental que me satisface compartir.  (Alianza Editorial)